
Iniciamos las vacaciones en casa de la abuela paterna, los peques disfrutaron de la libertad que da caminar por las calles tranquilas, sin coches, siguiendo la pista de un pájaro, un gato, un perro... Continuamos disfrutando de los días "sin cole" en tierras gallegas, todo era interesante y atractivo para ellos excepto la arena de la playa, no quisieron pisarla y apenas tocarla, se mantuvieron en la esterilla todo el tiempo; pasado un tiempo Inés comenzó tímidamente a echar arena en un cubo con la pala, pero eso sí, evitando tocarla o que ésta rozara sus pies. Y volvimos a casa de la abuela para finalizar estos días que se salían de la rutina, esta segunda vez no lo pasamos tan bien, la lluvia impidió salir al exterior, pero los pequeños se las ingeniaron para divertirse explorando cada rincón de la casa de la abuela, casa que a nuestra partida quedó un poquito revuelta.