Todos los niños nacen con el deseo y la capacidad de aprender. Los niños aprenden mejor cuando su aprendizaje nace de su propia curiosidad e interés, en vez de impuesto por alguien.
Los niños aprenden mejor con actividades manuales y con la experiencia de su propio descubrimiento, más que con las instrucciones dirigidas por otros. La formación de los conceptos llega de forma natural a través de las experiencias concretas.
El juego es la forma primaria de aprender durante los primeros ocho a diez años, y tiene tres funciones importantes:
a) Ayuda a los niños a adquirir habilidades físicas, sociales e intelectuales.
b) Ayuda a los niños a entender y asimilar información.
c) Ayuda a los niños a resolver las experiencias traumáticas.
La estimulación apropiada es importante. Un ambiente rico en materiales diversos fáciles de manipular propicia el aprendizaje de los niños. Los niños también se benefician cuando están expuestos a historias, libros, gente, lugares, ideas, música, juegos y actividades de la vida real.
Los mejores juguetes son los que inspiran a los niños a imaginar, construir, crear y pensar.
Desarrollarse primero no es necesariamente mejor. Lo mejor es que cada niño se desarrolle a su propio ritmo.
Al igual que los niños son diferentes también tienen diversos estilos para aprender.
Demasiada televisión y videos puede interferir con el proceso de aprendizaje, sofocando la imaginación, creando miedos, promoviendo la pasividad, y malgastando un valioso tiempo de juego.
Los niños aprenden mejor cuando sus vidas están libres de estrés. El estrés interfiere con el proceso de aprendizaje, porque los sentimientos dolorosos pueden conducir a la confusión crónica, la ansiedad, la falta de confianza en sí mismo y la inhabilidad para concentrarse. El proceso de aprendizaje se realza cuando se permite a los niños expresar sensaciones dolorosas a través del llanto y las rabietas.
La capacidad de aprender se ve afectada por la relación entre los padres y los hijos. La capacidad intelectual se realza cuando:
a) Los hijos se sientes queridos y aceptados, y reciben atención cualitativa.
b) Se da ánimo a los hijos, en vez de juzgarlos, criticarlos o corregirlos.
c) Los padres tienen expectativas realistas sobre sus hijos (ni tanto ni tan poco).
d) La disciplina se consigue con un tratamiento sin castigos.
e) Se anima a los hijos a que hagan preguntas y piensen con independencia.
f) Los padres permiten la autonomía, y ayudan solamente cuando es necesario o cuando sus hijos lo solicitan.
Traducción adaptada de un artículo en inglés de la Dra. Aletha Solter
Los niños aprenden mejor con actividades manuales y con la experiencia de su propio descubrimiento, más que con las instrucciones dirigidas por otros. La formación de los conceptos llega de forma natural a través de las experiencias concretas.
El juego es la forma primaria de aprender durante los primeros ocho a diez años, y tiene tres funciones importantes:
a) Ayuda a los niños a adquirir habilidades físicas, sociales e intelectuales.
b) Ayuda a los niños a entender y asimilar información.
c) Ayuda a los niños a resolver las experiencias traumáticas.
La estimulación apropiada es importante. Un ambiente rico en materiales diversos fáciles de manipular propicia el aprendizaje de los niños. Los niños también se benefician cuando están expuestos a historias, libros, gente, lugares, ideas, música, juegos y actividades de la vida real.
Los mejores juguetes son los que inspiran a los niños a imaginar, construir, crear y pensar.
Desarrollarse primero no es necesariamente mejor. Lo mejor es que cada niño se desarrolle a su propio ritmo.
Al igual que los niños son diferentes también tienen diversos estilos para aprender.
Demasiada televisión y videos puede interferir con el proceso de aprendizaje, sofocando la imaginación, creando miedos, promoviendo la pasividad, y malgastando un valioso tiempo de juego.
Los niños aprenden mejor cuando sus vidas están libres de estrés. El estrés interfiere con el proceso de aprendizaje, porque los sentimientos dolorosos pueden conducir a la confusión crónica, la ansiedad, la falta de confianza en sí mismo y la inhabilidad para concentrarse. El proceso de aprendizaje se realza cuando se permite a los niños expresar sensaciones dolorosas a través del llanto y las rabietas.
La capacidad de aprender se ve afectada por la relación entre los padres y los hijos. La capacidad intelectual se realza cuando:
a) Los hijos se sientes queridos y aceptados, y reciben atención cualitativa.
b) Se da ánimo a los hijos, en vez de juzgarlos, criticarlos o corregirlos.
c) Los padres tienen expectativas realistas sobre sus hijos (ni tanto ni tan poco).
d) La disciplina se consigue con un tratamiento sin castigos.
e) Se anima a los hijos a que hagan preguntas y piensen con independencia.
f) Los padres permiten la autonomía, y ayudan solamente cuando es necesario o cuando sus hijos lo solicitan.
Traducción adaptada de un artículo en inglés de la Dra. Aletha Solter
No hay comentarios:
Publicar un comentario