Como es sabido, el invierno trae días cortos y noches largas, y como los pequeños príncipes despiertan de su siesta cuando ya casi es de noche no es posible ir al parque o dar un paseo, por tanto las tardes las pasamos en casa intentando entretener el tiempo sin tener demasiados percances. Los peques juegan, con sus juguetes o con lo que pillen, que generalmente es más atractivo que sus juguetes, tal vez por aquello de la novedad o porque lo que realmente les gusta es manipular todo aquel objeto que han visto en manos de alguno de los adultos de su alrededor. También vemos la tele, más de lo que deberíamos, pero es un elemento tan integrado ya en nuestras rutinas que es difícil olvidarse de su existencia. Otra actividad que hemos llevado a cabo en multitud de ocasiones ha sido pintar, "los colores" como llaman ellos a los rotuladores han proporcionado muchos ratos de ocio y algún que otro disgusto a los papás pues a veces los peques se olvidad que ¡se pinta en el papel!, y cualquier superficie es buena para sus "obras de arte".
Llegado marzo las tardes se alargan y si no llueve comenzaremos a salir al exterior, paseos y parques se convertirán en escenarios idóneos para sus juegos.
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