Los pequeños príncipes comienzan a extender sus alas y hacer vuelos en solitario, sin la dirección de papá y mamá. En estas últimas semanas han asistido a dos acontecimientos sin la sombra de sus progenitores planeando sobre ellos. El primero el cumpleaños de un compañerito de clase, les invitaron a asistir a la celebración que tenía lugar en una ludoteca, un lugar al que ellos no habían asistido nunca, y allí les dejamos en la puerta; entraron con mucha soltura, sin mirar atrás. Lo pasaron bien, salían encantados y felices, muy cansados también. El segundo acontecimiento fue su primera excursión. Asistieron a una obra de teatro con sus compañeros de clase y sus profesoras. Era la primera vez que montaban en autobús, que se movían en grupo por la gran ciudad y que asistían a un espectáculo sin la seguridad de que ante cualquier necesidad iban a ser atendidos inmediatamente por papá o mamá. Lo disfrutaron y parece se r que no tuvieron ningún problema. Vamos que se van haciendo mayores, como tiene que ser.
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