Ante la llegada de un bebé, o dos, se plantea la gran pregunta: ¿qué necesita un bebé?, si se llega a responder esta pregunta, la conclusión es obvia, para dos bebes se necesitará lo mismo pero de dos en dos, ¿sencillo, verdad?
En principio la respuesta también es sencilla, se necesita poca cosa, un lugar para su descanso, ropita para que esté vestidito y protegido del frío o el calor, utensilios para alimentarlo y para asearlo y un medio de transporte para pasearlo y desplazarlo en el vehículo familiar; de esa forma se cubren las necesidades básicas: alimentación, descanso, higiene, protección y transporte.
Cuando los papás se lanzan al mundo del comercio con estas ideas claras dispuestos a adquirir lo necesario, es tal la cantidad de productos para bebés de diferentes marcas y modelos que las ideas claras se van oscureciendo por momentos y se ha de iniciar un estudio profundo de cada uno de los productos que piensan adquirir, aquellos considerados necesarios y otros que se descubren y de repente se convierten en necesarios para algunas ocasiones, momentos o tramos de edad. En fin que llega un momento que parece que uno está haciendo un master sobre "productos de puericultura" para hacer una elección correcta de todo aquello que su bebé o bebés necesitan, de tal forma que los catálogos y/o "guías de compras" pasan a convertirse en lectura obligada.
Y al final, cuando la saturación es tal, uno se pregunta de nuevo ¿qué necesita realmente un bebé? Y la respuesta es sencilla: atención y cariño, mucho cariño.
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