El llamado reflejo de prehensión es otro de los reflejos con los que nace un bebé. Consiste en agarrarse con gran fuerza a cualquier cosa que se ponga a su alcance; dicen los libros que es una fuerza suficiente como para sostener su propio peso. Los pequeños príncipes han demostrado desde el principio tener este reflejo, agarrando con fuerza cables, sondas, vías, ropa, pelo... La pequeña princesa, con poquitos días de vida puso en práctica este "reflejo" y lo utilizó en varias ocasiones para agarrar el tubito sonda que tenía en la nariz para su alimentación, y tirar de él hasta arrancarlo porque le molestaba, sorprendía la habilidad desarrollada siendo un bebé de poquitos días.
Los pequeños príncipes, además de agarrar cosas mueven sus manitas mucho y en ocasiones de forma muy expresiva, lejos de pasar todo el tiempo con los puñitos cerrados, extienden sus manos y las mueven de un lado a otro, de arriba abajo..., siempre recordaremos al pequeño príncipe dentro de la incubadora (y fuera también) haciendo algo con sus manos que parecía tai-chi.
Los pequeños príncipes, además de agarrar cosas mueven sus manitas mucho y en ocasiones de forma muy expresiva, lejos de pasar todo el tiempo con los puñitos cerrados, extienden sus manos y las mueven de un lado a otro, de arriba abajo..., siempre recordaremos al pequeño príncipe dentro de la incubadora (y fuera también) haciendo algo con sus manos que parecía tai-chi.
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