Tarde de teatro: Alibabá y los 40 ladrones

Y pasada sólo una semana de la anterior representación volvemos al teatro, esta vez para ver una adaptación de un cuento clásico a cargo de la compañía Borobil Teatroa. Tres actores en el escenario que sobre una alfombra,con música, distintas luces y sus voces nos hicieron pasar un rato intenso y lleno de emociones.
"Alibabá y los 40 ladrones" es uno de los relatos más conocidos de "Las mil y una noches" y gira en torno a  "un leñador muy pobre de Persia que, un día, descubre que unos ladrones están moviendo una roca con la palabra mágica 'ábrete sésamo'. El leñador hace lo mismo, pero todo se complica cuando le descubre su hermano que es muy ambicioso y pretende arrebatar el tesoro que se esconde en esa guarida". 
Una historia llena de magia que se ha trasmitido oralmente de generación en generación y que como tantas otras tiene moraleja: la avaricia nunca es buena.

Tarde de teatro: Antón Comodón

Hacía tiempo que no ibámos al teatro, los pequeños me lo recordaron y conseguí entradas para la próxima obra dirigida al público familiar en cartel. No miré ni tan siquiera el argumento simplemente pensé que una tarde de teatro es algo positivo y enriquecedor. Y por supuesto que lo fué, nos gustó la obra, las marionetas y la historia que nos contaron. Además resultó aleccionadora y nuestra pequeña princesa lleva unos días haciendo cosas solita, "porque ya es mayor" y mucho más colaboradora que de costumbre.

La obra, "Antón Comodón" presentada por L'Estaquirot Teatre cuenta la historia de Antón, un joven, con bigote, que cuando era pequeño sus papás se lo hacía todo, y cuando creció se lo hacía su ayudante, Nicolás, por lo que él no sabía hacer nada de nada. Un día Nicolás decicide marcharse, y Antón al verse solo, sin saber hacer nada, decide ir en su búsca. Por el viaje aprende muchas cosas y cuando le encuentra se da cuanta de que ya no le necesita, aún así se queda con él.

Una historia con moraleja que gustó mucho a niños  y grandes.

Un fin de semana para recordar

Segovia está cerca de nuestra casa y no es la primera vez que vamos con nuestros pequeños, "la ciudad y los alrededores tiene tanto que ver y disfrutar", hemos vuelto este fin de semana para disfrutar de su encanto y para desconectar de las obligaciones a las que hemos de atender diariamente y otros fines de semana. Y hemos disfrutado, y mucho.

Visitamos la Iglesia de la Vera Cruz, una pequeña iglesia de planta dodecagonal, muy, muy especial. Los pequeños, grandes observadores, se fijaron enseguida en la cruz de malta y a partir de ahí buscaron este símbolo y otros por todos los rincones, dejando volar su imaginación y dándole a todo un significado misterioso.

Fuimos a visitar el Palacio de Riofrío y su museo de caza. Y paseamos por Segovia, por el barrio judío, por el de los Caballeros, por encima de la muralla, por la calle Fernández Ladreda... Y contemplamos admirados una vez más el Acueducto y el Alcázar; y en la plaza del Azoguejo escuchamos a una arpista (nuestra pequeña princesa se entusiasmó con ella), y comimos muy bien, como se suele comer en esta tierra y...DISFRUTAMOS de nuestro tiempo juntos. No será la última visita, siempre es agradable volver y siempre quedan cosas por ver.

El Palacio de Riofrío y su museo de caza

Como los pequeños príncipes están haciendo en el colegio un gran proyecto sobre animales, decidimos hacer una escapadita a tierras segovianas, concretamente al  Palacio de Riofrío, un pabellón de caza rodeado por el Bosque de Riofrío, una maravillosa zona forestal de 625 hectáreas cercada con un muro de piedra y en la que podremos contemplar, bajo unas centenarias encinas, a gamos y ciervos en libertad. Y aunque a poquitos, conseguimos ver algunos a corta distancia, fue fascinante, los ejemplares eran grandes y bellos de verdad. Además, en su interior, en el primer piso dedicado al museo de caza hay, desde el año 1965, varios dioramas realizados por el taxidermista ­Benedito y el escenógrafo Emilio Ruiz del Río, sobre especies cinegéticas españolas,que hicieron las delicias de los pequeños. El Museo de caza, hace un recorrido por la historia de la cinegética desde los tiempos primitivos hasta los modernos, y en él se pueden contemplar además, pinturas de grandes maestros como Rubens o Velázquez, así como con tapices del siglo XVIII de la Real Fábrica de Santa Bárbara.

La tarde fue fantástica, el tiempo nos dejó disfrutar del exterior del palacio y pudimos contemplar la sierra cercana con nieve, algo que a nosotros, poco acostumbrados a verla nos hace siempre mucha ilusión. Excelente excursión

Festividad de la Virgen de la Luz

En el colegio de los pequeños hoy ha sido un día diferente, han celebrado la festividad de la Virgen de la Luz.

Es una celebración de carácter popular que recuerda la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, el día de la purificación de la Virgen y la fiesta de la Luz o de las Candelas.

Todos los niños del colegio, pequeños y mayores, junto con sus profesores y con las familias que pudimos acudir, asistimos a un Eucaristía , en la cual se realizó además una procesión con velas, "como símbolo de la luz", que nos ilumina a todos.

Fue un acto agradable en el cual nos gustó participar.

Una mañana en el museo: Museo de la Ciencia de Valladolid

Los pequeños nos recuerdan siempre las promesas que hemos hecho en algún momento, pasa el tiempo parece que lo han olvidado pero no, un día sin venir a cuento recuerda aquello que dijimos o prometimos. Esto ha ocurrido con la promesa de volver al planetario y al museo de la ciencia de nuestra ciudad. Y hemos vuelto, y nos ha encantado volver y seguro que volveremos otra vez.
En esta ocasión vimos una proyección en el planetario que se titulaba "La niña que sabía caminar al revés
‘La niña que sabía caminar al revés’ es un cuento boca abajo, una historia dada la vuelta que invita a los espectadores a contemplar el mundo que nos rodea desde un punto de vista diferente. La protagonista, una niña de cabellos ondulados y anaranjados, es un personaje muy especial... Sabe escuchar a las mareas y suele hablar con los árboles. Pero lo que más le gusta hacer es contemplar el cielo estrellado. Por esta razón, hace tiempo que aprendió a caminar al revés, para poder tener siempre el cielo bajo sus pies".
Además de disfrutar de la historia pudimos aprender cuales eran las principales constelaciones -Leo, Géminis, Cáncer o la Osa Mayor- y a reconocer las diferentes fases de la Luna.
También vimos una exposición titulada Érase una vez… la informática. Del ábaco a lasmart city en viñetas y más’ . Una muestra que explora los orígenes y la historia de la informática. Esta le gustó más a papá.
Fuimos a la casa del Río: espacio en el que se explican los ecosistemas fluviales, especialmente el del río que pasa por Valladolid, el Pisuerga. Acuarios, terrarios y módulos interactivos os ayudarán a entender cómo funcionan los ríos y cuáles son los principales procesos ecológicos que en ellos se desarrollan.
Y pasamos un buen rato en la sala del agua, que es una de las que más nos gustan del museo. Por último comimos en el restaurante del museo que se llama "A ciencia cierta", un nombre muy acorde con el lugar donde se ubica. Y comimos muy bien. Volveremos.

Reyes Magos, regalos y más

Una tarde de reyes diferente a la del año pasado, eso sí con el tradicional roscón, ¡ese no puede faltar!, y este año dos, uno relleno de nata y otro de trufa para satisfacer todos los gustos. No fuimos a la cabalgata, no pudo ser, la salud es lo primero, y hacia demasiado frio como para arriesgarnos a un empeoramiento de los enfermitos. Vimos un película en familia, la cabalgata por televisión e hicimos una merienda cena en condiciones, tomando de postre "roscón de reyes",  como no.
Y al día siguiente los regalos estaban al lado del árbol, como cada año, los que pedimos y alguna sorpresita a mayores. La ilusión de nuevo presente en las caras de los pequeños príncipes, la emoción de ver sus sueños cumplidos y la alegría de la Navidad en su ser.

Feliz día de Reyes

que todos vuestros sueños se hagan realidad 

Año nuevo, propósitos nuevos

Comienza un nuevo año y quiero hacer una lista de buenos propósitos, pocos pero buenos, y cumplirlos, por supuesto.
1) Conocer nuestra ciudad, recorrer sus calles y descubrir sus secretos. Visitar monumentos, museos, exposiciones, "hacer turismo" ¡porqué no!
2) Organizar todas aquellas cosas y detalles que son importantes para mantener vivos los recuerdos no sólo de los viajes sino también de las experiencias y viviencias en nuestro entorno cotidiano .
3)Aceptar que la vida está llena de frustaciones, de momentos difíciles y afrontar los fracasos, aprender  a perder. Y ser consciente de que no pasa nada, que hay que seguir… porque es la única forma ganar al final.
4) Hacer cosas divertidas con mis pequeños: leer cuentos, dibujar, cocinar, decorar, pasear... y disfrutarlas, olvidando que soy mayor, y que he de "permitirme el lujo" de perder el tiempo con ellos. Y reirme, a mis pequeños les gusta que ría, a ellos les gusta reir.
5) Y por supuesto viajar, conocer lugares nuevos, no es necesario hacer muchos kilómetros ni visitar monumentos relevantes, pero salir de la rutina proporciona experiencias nuevas y estas aprendizaje, soltura y apertura de ideas.