Una tarde de reyes diferente a la del año pasado, eso sí con el tradicional roscón, ¡ese no puede faltar!, y este año dos, uno relleno de nata y otro de trufa para satisfacer todos los gustos. No fuimos a la cabalgata, no pudo ser, la salud es lo primero, y hacia demasiado frio como para arriesgarnos a un empeoramiento de los enfermitos. Vimos un película en familia, la cabalgata por televisión e hicimos una merienda cena en condiciones, tomando de postre "roscón de reyes", como no.
Y al día siguiente los regalos estaban al lado del árbol, como cada año, los que pedimos y alguna sorpresita a mayores. La ilusión de nuevo presente en las caras de los pequeños príncipes, la emoción de ver sus sueños cumplidos y la alegría de la Navidad en su ser.
Feliz día de Reyes
que todos vuestros sueños se hagan realidad
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