lunes, 8 de febrero de 2010

Nacer antes de tiempo

A pesar de estar todo programado y considerar por parte de los adultos la fecha más conveniente para el nacimiento, los pequeños príncipes impusieron su criterio y a las 34 semanas de gestación, recién cumpliditas, decidieron que ya querían salir al mundo exterior; eso sí tuvieron la deferencia de darnos tiempo para preparar con relativa tranquilidad la maleta y avisar al hospital de nuestra llegada en un día y hora determinados. Ese día fue el 4 de Diciembre y la hora de la intervención las 14:30 horas; el primero en tomar contacto con el mundo exterior fue el pequeño príncipe, a las 14:50 horas, tres minutos después lo hizo la pequeña princesa.
Jorge peso al nacer 2,270 kg y midió 49 cm; Inés pesó 2,170 kg y midió 47 cm. Fueron dos bebes prematuros moderados ya que nacieron entre las 32 y las 36 semanas de gestación, lo cual implica, además de un peso y talla menores, inmadurez en órganos y sistemas, lo cual conllevó a su estancia en la unidad de neonatología, en la incubadora primero y con cuidados neonatales básicos en cuna después. El pequeño príncipe estuvo 11 días en incubadora y dos días más en cuna; le dieron el alta el día 17 de Diciembre; Inés permaneció un poquito más de tiempo, 12 días en incubadora y 4 días en cuna; le dieron el alta el día 20 de diciembre.

Durante su estancia en el hospital los pequeños príncipes estuvieron rodeados de cariño y los papas reyes de apoyo y comprensión. Todo el personal fué atento y cariñoso con los cuatro, especialmente con los peques, se dirigían a ellos con delicadeza, y como detalle relevante señalar que una de las enfermeras comenzó a llamar a Inés "princesa, principesa", y por extensión Jorge se convirtió en príncipe.

Aquellos días de idas y venidas de casa al hospital, los recordaremos principalmente por el frío que hacía fuera y el calor que hacía dentro, por las luces navideñas de las calles y por la ilusión de recibir cada día informes de evolución positiva. Constituyeron una vivencia más, que lejos de ser fantástica no resultó traumática y lo que si será siempre algo inolvidable.

Desde aquí gracias a todos los que estuvieron apoyándonos aquellos días; gracias por las llamadas telefónicas que no pudimos atender, por el cariño que se nos transmitió y el interés mostrado por nuestros pequeños. Y gracias al personal del hospital porque además de cuidar de los peques enseñaron a estos padres novatos un montón de cosas útiles.

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